sábado, 10 de enero de 2015

Los jóvenes colombianos se están quedando sordos

Una noticia que en los últimos tiempos deja de ser un evento aislado y se convierte en un fenómeno que despierta las alarmas: la sordera en los jóvenes.

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Cuidado con el ruido
Los jóvenes colombianos se están quedando sordos

Imagen tomada de http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/315602-generacion-del-90-futuros-sordos
La sordera está dejando de ser un padecimiento sólo de los abuelos, para convertirse en la principal fuente por la cual los jóvenes se arriesgan a quedarse sordos 30 años antes que la generación de sus padres. Las obras en las vías, el tráfico, las discotecas y el abuso de los reproductores portátiles de audio son las principales fuentes.  
Hoy el ruido es considerado un serio problema de salud pública, una amenaza para la convivencia pacífica y, al mismo tiempo, expresión y causa de subdesarrollo.  
El Dr. José Antonio Rivas, otorrinolaringólogo especialista de la Clínica Rivas, explicó en entrevista a RCN Radio.com, las principales causas por las cuales los jóvenes se están quedando sordos a tan temprana edad, las consecuencias y la forma de combatirlo.  
"El ruido, sobre todo la música escuchada a un volumen elevado, está enfermando el oído de los jóvenes entre 16 y 25 años, y los está preparando para otros daños". Según el Dr. Rivas, escuchar música a 60 ó 70 decibelios, es suficiente para producir una pérdida leve de audición permanente (hipoacusia), que se agrava con la edad. Incluso, les adelanta la sordera propia de la vejez.  
Comienza con un quebranto de la audición, que va de 20 a 40 decibelios. El afectado deja de oír, generalmente, los tonos más agudos, como el timbre tradicional del celular, y los pitidos de los computadores y de algunas máquinas. Mientras más alto sea su nivel, mayor será el daño que causa. 
 "Por ejemplo, cuando uno ve a un joven con un reproductor de música digital y con auriculares dentro de sus oídos, y que la gente afuera lo está oyendo, muy probablemente, ese paciente empieza a presentar lesiones permanentes en el oído interno y disminución de la audición. Esto es fácil de identificar ya que cada vez se tiene que subir un poco más el volumen", comentó el especialista.  
También, poco a poco, les destruye la habilidad de entender una conversación mantenida en voz baja y los sonidos de alta frecuencia. Es decir, que pueden oír pero no entender, porque los sonidos consonantes, que son los de alta frecuencia, son los que se dañan primero. Esta pérdida convierte en una enorme dificultad, distinguir entre los sonidos de la s y la f.  
"Esto también se presenta en personas de mediana edad que trabajan en fábricas, donde no tienen ningún control de la emisión del ruido; también lo encontramos en los aeropuertos con las turbinas de los aviones, y en las discotecas que ponen los parlantes a un volumen muy alto, muy cerca de las personas", dijo el Dr. Rivas.  
Los pájaros y el viento en un bosque producen entre 35 y 40 decibelios; el tráfico capitalino, entre 85 y 100 decibelios (los vehículos pesados producen hasta 125 decibelios); un tractor, 140 decibelios, y un taladro neumático, 120 decibelios. 

Regulaciones de los dispositivos digitales  
Los actuales reproductores de audio alcanzan un volumen máximo de 104 decibelios. En Francia, estos aparatos estéreos personales fueron modificados para restringir el sonido a 100 decibelios, que es el límite establecido en la Unión Europea. Sin embargo, el gobierno alemán ha propuesto un máximo de 90 decibelios.  
El Dr. Rivas aconseja: "con estos aparatos uno debiera escuchar la música no más de una hora continua a un volumen (no más del 60 por ciento del máximo) que no le impida mantener una conversación normal con los que están alrededor. Ahora, si existe alguien extremadamente fanático que no puede escucharla a un menor volumen, debe reducir el tiempo de exposición a la mitad".  
Los pequeños auriculares de botón, por ser introducidos directamente en el oído, por no dejar espacio para la ventilación y porque dejan pasar el ruido exterior, son considerados más peligrosos que los de casco con almohadilla. El usuario del primero tiende a subir el volumen con sus consecuencias.  
Finalmente, el especialista sugiere controlar el volumen de los reproductores personales de mp3, no sobrepasar el tiempo límite diario y someterse a un control periódico con un especialista en audiología.


Y, ahora un poco de humor...
Imagen tomada de http://www.notizzia.com/chistes-de-la-partera-y-pantera/


miércoles, 7 de enero de 2015

La terapia de los abrazos

Compartir un fuerte abrazo, cálido, sincero y lleno de afecto parece ser una maravillosa forma de sobrellevar la depresión y muchos problemas más, Natalia Ospina Vélez escribe para El Colombiano este artículo que hoy reproducimos.

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Abrazos, terapia curativa a la mano

Por. Natalia Ospina Vélez

Imagen tomada de www.elcolombiano.com
Con este “remedio” todos los abusos son permitidos. Estos sí admiten sobredosis, automedicación y todos los excesos que se quieran cometer. Aquí no hay límite, ni siquiera de edad. 
Una investigación liderada por Sheldon Cohen, profesor de psicología de la Universidad de CMU Robert E. Doherty, demostró que los abrazos disminuyen los efectos nocivos del estrés y los síntomas de enfermedades leves como resfriados. 
El objetivo del trabajo, publicado en la revista Psychological Science, fue analizar el efecto que producen socialmente los abrazos, ya que son muestra de relaciones íntimas y estrechas entre diferentes personas. 
“Sabemos que las personas que tienen conflictos con otras son menos capaces de luchar contra los virus del resfriado, al igual que conocemos que las personas que tienen un mayor apoyo social padecen menos depresión o ansiedad en momentos de estrés. Hemos probado si la percepción de apoyo social tiene igual eficacia en la protección contra el estrés y si recibir abrazos puede proteger a una persona de las infecciones”, manifestó Cohen. 
El hallazgo 
La investigación, hecha en 404 adultos sanos, comenzó con un cuestionario donde se indagaba por la frecuencia de los conflictos interpersonales y la cantidad de abrazos que recibían, todo esto a través de entrevistas telefónicas durante 14 noches consecutivas. Posteriormente, de manera intencional los ‘pacientes’ fueron expuestos a un virus del resfriado común y monitoreados en cuarentena para evaluar la infección y signos de enfermedad. 
Los resultados mostraron que el apoyo social reduce el riesgo de infección asociado con los conflictos que experimentan. Para los investigadores, los abrazos eran responsables de un tercio del efecto protector. Entre los participantes infectados, un mayor apoyo social y abrazos más frecuentes tuvieron un menor riesgo de infección y menos síntomas de enfermedades leves. 
“Esto sugiere que un abrazo reduce los efectos nocivos del estrés. El efecto protector de los abrazos puede ser atribuible al contacto físico. De cualquier manera, los que reciben más abrazos tienen más protección frente a la infección”, manifestó Cohen. 
Los efectos en los bebés 
La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda los abrazos como una técnica saludable y con múltiples beneficios sobre todo, por la facultad tranquilizadora y terapéutica, además de la sensación de seguridad y protección que pueden repercutir en el desarrollo del carácter y la personalidad del bebé. 
Entre otras bondades, los abrazos permiten que los más pequeños regulen la temperatura y sus patrones de respiración, mejoran la estabilidad del ritmo cardiaco, favorecen ganancia de peso y al crecimiento y facilitan la oxigenación, entre otros. 
A su vez, se ha concluido que tienen efectos positivos sobre el área cognitiva, gracias a la estimulación sensorial que se obtiene por el contacto piel con piel y la cercanía con otras personas. A estas ventajas hay que sumar los beneficios emocionales que reporta esta práctica, como señala Kathleen Keating, terapeuta norteamericana pionera de la abrazoterapia, en su obra Abrázame: “Abrazar a alguien encierra un poder tremendo. Crea un vínculo entre las personas y rompe las barreras de una manera que ninguna otra cosa consigue”.
Por qué recibir abrazos
Científicos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, aseguran que una persona necesita recibir abrazos y caricias desde sus primeros años de vida, para evitar que sus neuronas mueran por la ausencia del contacto físico.
Adicionalmente, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte sugiere que cuando otras personas nos tocan o abrazan se incrementan los niveles de oxitocina en la sangre, mejor conocida como la hormona del amor.
Por ello, es una terapia ideal para reducir la depresión, soledad, ansiedad, estrés y sanar el cuerpo. Ahora con más ganas ¡abracémonos pues!.
Imagen tomada de http://www.mamaslatinas.com/group/


Y, ahora un poco de humor...


Imagen tomada dehttp://www.chistesbromasymas.com/2014/08/te-caiste.html 

martes, 6 de enero de 2015

¿Le gustaría vivir en un país así?

En el diario La Patria, en su edición impresa del domingo 4 de enero de 2015 encontramos a manera de texto narrativo un interesante artículo para reflexionar sobre nuestros sueños y metas por alcanzar como ciudadanos de Colombia y de un mundo que puede ser cada vez mejor...

¿Le gustaría vivir en un país así?

Por Fanny Bernal Orozco (Psicóloga, docente Universidad de Manizales)

Imagen tomada de http://oasisfm.cl/elena-y-gente-oasis/un-proposito-para-ser-feliz/
Había una vez un país que tenía muchas leyes para proteger y respetar los derechos de los ciudadanos y, además  todas las personas que lo habitaban cumplían de manera respetuosa las normas que estaban escritas. Así por ejemplo, en épocas de Navidad nadie quemaba pólvora, no había ningún niño o adulto quemado; en las urgencias de los hospitales los profesionales no tenían que preocuparse por atender situaciones como éstas y las familias no tenían que llorar el dolor de sus seres queridos; el amor alcanzaba también para el cuidado y la responsabilidad. 
En cuanto a la sensación de confianza la gente podía ir sin ninguna preocupación a hacer sus compras, no existían los atracos, los “paseos millonarios” ni la escopolamina, tampoco el robo a las casas, o a los carros; en los periódicos no aparecía la foto de alguna persona violentada o asesinada parar robarle sus pertenencias. 
Los conductores eran incapaces de conducir un vehículo después de haber ingerido licor, entidades especializadas estaban alertas para colaborar en estos casos. En las empresas de transporte existía un inmenso respeto por las personas que usaban estos servicios, allí ningún conductor hacía turnos de más de ocho horas, todo estaba estipulado para garantizar un buen viaje a los usuarios y, además los carros eran revisados periódicamente con responsabilidad. 
Ni los bebés, ni los ancianos eran abandonados, cada uno de ellos tenía un lugar de importancia en la comunidad, los niños eran bienvenidos y esperados con amor y los viejos protegidos y escuchados con respeto. 
Las familias no sentían temor ante la demora de uno de los suyos, tenían la certeza de su regreso, porque allí nadie desaparecía, no tenían que ir a buscarlos con el miedo dibujado en sus rostros; jamás se escuchó hablar de “falsos positivos”, tampoco de secuestros o amenazas y menos aún de pagar por rescatar a alguien. 
En los centros de salud los empleados conocían bien lo que era ir a pedir ayuda cuando de dolor y pérdida de salud se trataba, por ello la atención se brindaba amablemente y de manera efectiva, no solo a través de personas bien formadas académicamente, sino además con sentido humano, responsable, ético y respetuoso, en estos centros nunca habían escuchado hablar del “paseo de la muerte”. 
En cuanto a las oficinas públicas, daba gusto ir a hacer alguna gestión, los trámites aparte de rápidos, eran realizados por funcionarios conocedores de su trabajo que sabían el valor del tiempo de los demás y por ello no eran generadores de estrés, ni de ansiedad para con los usuarios que se acercaban a solicitar alguna asesoría o documento. 
Las calles de la ciudad se mantenían limpias, los parques sembrados con diversas plantas, tanto así que propios y extraños se acercaban a admirar y a la vez se hacían responsables de su cuidado, lo cual hacía de estos espacios sitios apropiados para la recreación y el encuentro con amigos y hasta para la lectura o la contemplación; la gente los vigilaba con empeño, sin arrojar basuras ni botellas a la calle, para lo cual se utilizaban adecuadamente los cestos de basura que había en número considerable; el sentido de pertenencia por la ciudad y el orgullo por su belleza eran realmente asombrosos. 
Las adiciones al poder, al sexo, a la pornografía, el juego, al licor o a otras drogas eran casos aislados, que se trabajaban de manera oportuna y exitosa, a partir de un importante proyecto de salud mental. 
Era un país maravilloso, tenía todos los climas, con frutos exquisitos y variados, sus habitantes no sabían  qué era el hambre, el agua y la luz llegaban a todos los rincones, existía la cultura de la prevención y del cuidado; sus dirigentes políticos eran trabajadores honrados y disciplinados que tenían claro para qué fueron elegidos, por lo tanto nunca había dudas acerca de sus decisiones, sus valores y su ética. 
¿Le gustaría vivir en un país así? 
¿Qué actitudes puede usted cambiar para este año que llega, con las cuales pueda hacer un mejor país? 
Anímese.

Y, ahora un poco de humor... 

Imagen tomada de http://agustincuevas.blogspot.com/2013/09/sin-buenos-navegantes-no-hay-rumbo.html

lunes, 5 de enero de 2015

¿Qué significa ser buenos padres?

Una de las más delicadas y valiosas labores es la de ser padres, hoy día muchos de nuestros queridos padres se cuestionan sobre su rol y de enfrentan a temores frente a lo que están haciendo; en el diario La Patria de Manizales hemos encontrado este corto y valioso artículo escrito por Sonia Rocío de la Portilla...

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¿Qué significa ser buenos padres?

Por: Sonia Rocío de la Portilla

Imagen tomada de http://www.miflotador.com/dibujos_color_para_imprimir.htm


Si el distinguido lector es padre, si pretende serlo o al menos ha pasado por la experiencia de ser hijo, seguramente se formulará esta pregunta.

Una fábula cuenta que un peregrino observaba a un hombre cansado y sudoroso que picaba piedras, y le preguntó: “¿qué está haciendo señor? -"Acaso no ve, pico piedras; es duro, me duele la espalda, tengo sed, tengo calor. Practico un pobre oficio, soy un pobre hombre”.

Prosiguió su camino y vio a otro hombre que picaba piedras, pero no se veía tan mal. “¿Señor qué hace? -Gano mi vida. "Pico piedra, no he encontrado otro oficio para alimentar a mi familia, pero me conformo".

Luego se aproximó a un tercer picapedrero sonriente y radiante, a quien le hizo la misma pregunta, a la cual respondió: “yo señor, construyo una catedral”.

El hecho es el mismo, aunque el significado es distinto. Sucede igual con el sentido que cada uno atribuye al rol de ser madre-padre. Este está condicionado por nuestra historia personal y el contexto social; no obstante, es susceptible de transformación, y trascendencia optando por ser artífices en la edificación de esa catedral, los hijos.

Los buenos padres no solo proveen cuidados y protección. Permiten con su propia persona, que el hijo evolucione hacia la construcción de su verdadero “Yo”, ejerciendo una labor afectiva, formativa, una experiencia apasionante y creativa, un arte, más que una ciencia.

No se necesitan reglas complicadas, solo darles seguridad, disfrutar con sus logros, fomentar la autonomía con flexibilidad, paciencia y sensatez. Tejer relaciones gratificantes, permitiendo paralelamente la “frustración óptima”, (normas y límites) necesarios para la socialización, el sentido del esfuerzo, el logro y la cooperación, que lo capaciten para superar las dificultades de la vida.

La seguridad es una actitud de los padres que se transmite a los hijos incluso en caso de guerras o catástrofes. Lo mismo ocurre con la ansiedad y el miedo. Durante los primeros años de vida, el niño percibe el modelo de realidad trazado por sus padres, grabando esquemas que luego repetirá inconscientemente con sus futuros hijos. “El niño es el padre del hombre”, Freud.

Tenga en cuenta que los consejos de los expertos no ayudarán a los padres si éstos carecen de las experiencias internas apropiadas, a menos que creen conciencia, sanen y reaprendan. Nunca es tarde. 


Y, ahora un poco de humor...


Imagen tomada de http://www.reflexionesparatiyparami.com/2013/03/chistes.html#.VKs0WiuG-QU

sábado, 3 de enero de 2015

Cuidados del bebé durante una ola de calor

Hemos iniciado el año 2015 con unos días soleados y la temperatura se ha elevado, tiempo propicio para salir y disfrutar de todas las actividades al aire libre; pero con prudencia, sobre todo con los niños y mayores. Nunca están de más unas cuantas recomendaciones.



Cuidados del bebé durante una ola de calor
Imagen tomada de http://asrecetassanasyligerasdemamar.blogspot.com/
Las olas de calor son peligrosas para todos, pero especialmente para niños y ancianos. En el caso de los bebés se deben extremar las precauciones para evitar sustos… En  este artículo de Nonabox les dejamos algunas recomendaciones para cuidar de los pequeños cuando el calor es intenso.  
Hidratación del bebé en una ola de calor  
La mejor forma de mantener al bebé hidratado es sin duda la lactancia; los pediatras aconsejan que ésta se realice con mayor frecuencia. En el caso de que el bebé ya tome alimentación complementaria hay que ofrecerle agua más regularmente. No hay que obligar al bebé a beber agua o a tomar el pecho si no lo desea, pero es bueno ofrecerle de tanto en tanto líquido para que lo tome cuando lo necesite sin tener que pedirlo.  
El bebé en la calle durante una ola de calor  
Durante una ola de calor hay que evitar salir a la calle  con el bebé en las horas centrales del día, y sobre todo exponerlo al sol, aunque sea en la playa o la piscina. Si se hace, es esencial aplicar al bebé crema protectora media hora antes de salir y ponerle un sombrerito con alas. Otra precaución a tener en cuenta es en el coche. No se debe dejar jamás al bebé dentro, aunque sólo sea para realizar una gestión corta, ya que un coche cerrado al sol puede llegar a alcanzar 78 grados de temperatura y 44 a la sombra debido al efecto invernadero.  
El sueño del bebé en una ola de calor  
Cuando el calor aprieta, es mejor dejar que el bebé duerma sólo en pañales o con una camiseta fina de algodón que transpire bien. Si se tiene aire acondicionado en casa, la temperatura ideal para el pequeño sería de 23 o 24 grados. Si el bebé se muestra irritado, suda en exceso y tiene fiebre pueden ser síntomas de un exceso de calor. En ese caso se le puede refrescar con una toallita húmeda, pero es importante no hacerle cambiar bruscamente de temperatura y evitar sistemas como los baños de agua fría, muy peligrosos para los bebés.  
Esperamos que estas recomendaciones les sean útiles, ¡recuerden que su salud es lo primero!


Y, ahora un poco de humor...


Imagen tomada de http://elmagni.blogspot.com/2012/12/el-magni-107-caliente-navidad.html