miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿A qué le tienen miedo los niños y por qué?


A propósito de una inquietud enviada por un visitante de nuestro blog encontramos la respuesta en este artículo publicado por el periódico El Tiempo.

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¿A qué le tienen miedo los niños y por qué?


Conozca cómo ayudar a sus hijos para que pierdan el miedo a la oscuridad y las pesadillas.


Imagen tomada de http://algarabianinos.com/tag/pesadillas/



Por: MELISSA ÁLVAREZ CORREA 
Puede sonar familiar que su pequeño se despierte gritando en la noche, que llame desde su cuarto para que prenda la luz o revise si debajo de la cama hay un monstruo... En tal caso, las relaciones entre la ficción y la realidad podrían estarlo confundiendo un poco.  
Sin embargo, no hay de qué preocuparse. Las pesadillas y los miedos nocturnos pueden considerarse normales en los niños, pues su naturaleza hace que en ciertas edades experimenten temor frente a la oscuridad, los monstruos imaginarios, las máscaras, los animales y hasta actividades como ir al doctor.  
Lo importante es que como padre maneje bien el momento y brinde seguridad a sus pequeños; además, debe entender que es normal porque es una etapa en la que “el ser humano se está desarrollando y conociendo, explorando el mundo, por lo que hay cosas que no logra entender del todo”, explica Milena Moncada, psicóloga clinicoinfantil.


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Sueños que los hacen llorar  
Precisamente, todas las cosas nuevas que están descubriendo los niños son las que “pueden provocarles miedo o ansiedad; eso se traduce mucho en las pesadillas que suelen tener. El cerebro, en el momento del sueño, elabora lo vivido durante el día en imágenes y experiencias oníricas para darle sentido al mundo”, sostiene la psicóloga.  
Así mismo, es fundamental comprender que “en el ciclo de sueño-vigilia normalmente soñamos, y esos sueños tienen un contenido de lo que nosotros vivimos. Entonces, las pesadillas de los niños están asociadas a eventos o sucesos que ocurrieron en su día”, subraya Johanna Romero, directora de la especialización en Psicología Clínica de la Niñez y la Adolescencia de la Universidad de La Sabana.  
En ese sentido, el rol de los padres es apoyar a sus hijos y supervisar las actividades que hacen en su vida diaria, relacionada con ver imágenes como el computador o el televisor; en estas, tal vez, puedan ver contenido que a su edad no logran asimilar, resalta Romero. Agrega que esto se debe hacer para evitar “exponerlos a situaciones que les generen algún tipo de temor o miedo, que se pueda evidenciar en pesadillas muy recurrentes”.  
La oscuridad intimida  
Hablando en términos de edad, los expertos en la materia consideran, sin generalizar, que en la edad de entre 5 y 7 años, los niños temen principalmente a la oscuridad, los animales grandes, los monstruos y a dormir solos, esto último relacionado con lo primero.  
Cabe aclarar que, de todas maneras, “a los niños no podemos medirlos con una regla; digamos que los autores y las personas que hacemos investigación identificamos como unas normalidades (en esas edades), pero cada niño es un caso”, expresa Romero.  
Ahora bien, la mejor manera de dimensionar por qué los niños le tienen miedo al momento en que las luces se apagan es entender que “aún están internalizando los conceptos de noche, silencio, tiempo de descanso y soledad; esto suelen asociarlo con algo negativo, un aspecto muy relacionado, a su vez, con la cultura y las creencias de su entorno”, según Moncada.  
En relación con el tema del miedo en los niños existe un estudio realizado por Vicente Caballo, autor en temas de infancia y adolescencia, junto con Sally González, Verónica Alonso y María Jesús Irurtia, llamado ‘Los miedos infantiles: un análisis por edades y sexo’, que arrojó entre sus resultados que existen claras diferencias entre niños y niñas, “informando que las niñas tienen un mayor nivel de temor que los niños en 60 de los 80 ítems de los que consta el instrumento”, describe el artículo científico, producto de una investigación en niños costarricenses entre 9 y 12 años, en la que se calificaron los miedos en: situaciones de peligro, animales pequeños, crítica/castigo, médico/hospitales, y lugares misteriosos/oscuros.  
Los padres también crean miedos  
Si bien el rol principal como padres es guiarlos en ese camino de superar los miedos que tienen con la compañía y la seguridad que generan a sus hijos, también puede ocurrir que en ciertas acciones que realizan les estén creando temor a algo; aunque lo hagan de manera involuntaria. Es importante saber que los niños tienen como modelo a sus padres y, por tanto, actúan desde el ejemplo que les dan.  
Johanna Romero dice que “si una mamá teme a los ratones y se desespera y grita cada que ve uno, o se sube encima de la silla, el niño va a tender a hacer lo mismo a pesar de que no ha tenido ningún tipo de contacto con ese animal”.  
Además, la doctora Milena Moncada agrega: “La actitud de los padres ante sus propios miedos influye en la percepción que tiene el niño, desde muy pequeño, a diferentes eventos de la vida”, lo que significa que el comportamiento de los padres tiene conexión directa con algunos miedos de los niños, por lo que es necesario trabajar en ello y, de ser necesario, buscar ayuda especializada.
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Cómo ayudar a sus niños  
Después de conocer que el miedo a la oscuridad y las pesadillas puede denominarse ‘normales’ en los pequeños, es importante que sepa cómo apoyarlos en los momentos en los que los experimentan, sin caer en el exceso. Por ello, Milena Moncada y Johanna Romero, ambas profesionales en psicología clínica, hacen algunas recomendaciones importantes para atender en casa. 
 1. Terapia de juego Buscar actividades divertidas en torno a prender y apagar la luz, esto puede ayudar a producir confianza.  
2. Dé seguridad Los niños traducen la emocionalidad de los padres. Para que se sientan seguros, muéstrese tranquilo ante las situaciones.  
3. Recursos Con cuentos y videos usted puede trabajar los miedos en sus pequeños y ayudarles a ver que son superables.  
4. Dialogue Es importante que sostenga charlas cálidas con ellos, en términos sencillos y comprensibles. Conozca a qué le temen y hágales ver que usted está ahí.  
5. Con equilibrio No regañe ni mucho menos menosprecie su miedo; tampoco les dé la razón, pues el objetivo es calmarlos.  
6. Verifique Asómese bajo la cama si su hijo dice que hay algo debajo de esta para demostrarle que no hay nada, así le hará entender que le cree, pero que no hay por qué temer.  
7. Sin mimar Los padres deben ayudarles a superar los miedos, pero sin romper reglas, como dormir juntos, pues perderán los avances.  
8. No exagere No los sobreproteja. Si se asustan, no actúe como si no se pudieran defender. Ellos necesitan su guía, no que les hagan todo. Deben enfrentar sus miedos.

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lunes, 17 de octubre de 2016

Una familia comprometida con la lectura


La lectura, un compromiso personal y colectivo si pensamos en una sociedad pluralista, abierta al cambio y con vocación a la paz, nos hemos encontrado con este artículo relativo a la familia y a la lectura.

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Una familia comprometida con la lectura...


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1. Es aquella que anima a leer incluso antes de que su hijo o hija sepa leer. Proporcionar a niños y niñas libros bien ilustrados para que hojeen y se recreen mirando las imágenes es una buena manera de empezar a amar la lectura.

Los libros sin texto también se leen, es evidente. Las personas adultas podemos hacer de mediadores con los pequeños, pero también favorecer el que ellos y ellas interpreten lo que ven dibujado o fotografiado a su manera y que dialoguemos sobre esas interpretaciones. 
Un libro siempre es una oportunidad para la sorpresa y para el encuentro. 
2. Es aquella que cuenta cuentos a sus hijos e hijas, les recita rimas y poesías, se las lee en voz alta y llena sus oídos de musicalidad y de magia.

A lo largo del día (y probablemente unos días más que otros) hay algunos momentos especiales para que –desde los primeros meses o años– niños y niñas oigan las más hermosas palabras rimadas y cantadas, acompañadas de juegos con las manos y de cálida musicalidad. Para ello podemos utilizar libros que contengan retahílas, folclore infantil, letrillas, canciones, historias rimadas… y aprovechar las que nosotros conocemos, las que nos cantaron y contaron nuestros padres y madres, los abuelos y abuelas. Convertirnos en eslabones activos de la transmisión oral.  
3. Es aquella que da ejemplo leyendo libros, revistas, periódicos y permite que sus hijos e hijas los sorprendan frecuentemente con uno de ellos en las manos. 
Reconociendo que nada es infalible y que ninguna práctica nos asegura el éxito, parece razonable pensar que si nuestros hijos e hijas nos sorprenden frecuentemente con material de lectura en nuestras manos, es posible que sientan una creciente curiosidad por saber qué guardan, qué contienen esos libros, revistas o periódicos… 
4. Es aquella que acompaña a sus hijos e hijas a visitar exposiciones, que asiste a funciones de títeres o teatro y a otros espectáculos culturales para ir afinando la sensibilidad y la imaginación de sus pequeños. 
Es evidente que los caminos que conducen a la lectura y al libro son diversos y, en ocasiones, variopintos. Todo aquello que potencie y desarrolle la sensibilidad y la imaginación parece encaminado a ofrecer argumentos favorables para el acercamiento a todas las manifestaciones de la cultura y, por supuesto, al libro, a la lectura y a las bibliotecas. 
5. Es aquella que comparte y comenta las lecturas de sus hijos e hijas. 
Desde que nuestros hijos e hijas son pequeños podemos hojear con ellos y leerles libros, haciendo distintas voces según sea el personaje que habla, abundando en gestos y expresividad y haciendo de la lectura un tiempo agradable y divertido. Es adecuado estar siempre dispuestos y dispuestas a abrirles un libro para ayudarles a desvelar su contenido y hablar y comentar cómo son, cómo se comportan, qué han hecho, qué podrían hacer quienes lo protagonizan. 

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6. Es aquella que acompaña a sus hijos e hijas a los lugares donde están los libros (librerías y bibliotecas) para mirar y seleccionar juntos y los anima a acudir a la biblioteca escolar del colegio. 
Interesarse, acompañar y ayudar a elegir, orientando a las criaturas sobre lo más adecuado a su edad, a sus intereses. El padre y la madre pueden buscar previamente asesoramiento en el profesorado especializado, en las personas encargadas de la biblioteca, etc. 
7. Es aquella que fomenta y cuida la biblioteca familiar o personal y destina en su casa un espacio adecuado para ello. 
Es una buena práctica, favorecedora del aprecio por los libros y la lectura, el hecho de formar, desde los primeros años, la biblioteca personal del niño o de la niña: un espacio de fácil acceso donde se irán colocando los libros regalados o comprados, pero también las revistas del colegio o los libritos que puedan ir haciendo en clase, álbumes de cromos y de fotos, etc. 
8. Es aquella que aprecia y lee, con sus hijos e hijas, las publicaciones que se hacen en el colegio. 
Si el centro de enseñanza al que acuden nuestros hijos e hijas realiza publicaciones periódicas: monografías, revistas, libritos…, cuando llegan a nuestras casas esas publicaciones debemos tomarlas con interés y leérselas o leerlas y comentarlas con los pequeños. 
9. Es aquella que comprende que la compra de un libro no es algo excepcional, aunque en las fechas señaladas (cumpleaños, Día del Libro, Reyes, etc), no debe faltar, sino que lo considera parte de los gastos de educación de sus hijos e hijas. 
Los libros son portadores de la fantasía, de los recuerdos, de la historia, de la cultura… Deben ser alimento cotidiano para el cerebro y no deberían faltar en la infancia de ningún niño, de ninguna niña. 
10. Es aquella que se ocupa de ver algunos programas de televisión, películas de vídeo, etc. con sus hijos e hijas y que, juntos, comentan y comparten la experiencia. 
Nada lograremos oponiendo la lectura o los libros a los medios audiovisuales. Es preferible la estrategia de la convivencia a la del enfrentamiento (como en la vida). Por tanto, cuando podamos, veamos también los programas, las películas, los vídeos que ellos y ellas ven para poder intercambiar opiniones y contrastar pareceres o para poderles explicar determinadas escenas o situaciones que, a edades tempranas, es probable que no entiendan. 

Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil 

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domingo, 21 de agosto de 2016

8 sencillos consejos para educar correctamente a los hijos


Hemos encontrado en un infograma estos sencillos consejos, aunque sabemos que es muy difícil tener recetas para la buena crianza, por lo menos nos ilustran un poco...

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viernes, 24 de junio de 2016

El celular, 'un dolor de cabeza' para los profesores universitarios


Este estudio realizado en la población universitaria no es ajeno a nuestros colegios, escuelas y la vida cotidiana; una herramienta puede llegar a ser valiosa o destructiva, es tiempo de reflexionar. Este texto fue tomado del período El Tiempo en su edición del 23 de junio.


El celular, "un dolor de cabeza" para los profesores universitarios

Imagen tomada de http://jezikofil.rs/gospodja-norma-i-njena-deca/
Para nadie es un secreto que los teléfonos inteligentes son artículos importantes en el diario vivir de las personas, tanto así, que se están convirtiendo en una extensión del cuerpo. Según una investigación, realizada por la Fundación Universitaria del Área Andina, el creciente uso de estos dispositivos está desviando la atención de los estudiantes en las universidades de Colombia.  
"Los estudiantes se están perdiendo todas las explicaciones de los profesores porque prefieren estar utilizando los celulares. A pesar de que los docentes les insisten que guarden los dispositivos, ellos siempre buscan la manera de utilizarlos a escondidas", explica José Gerardo Cardona, encargado de la investigación y profesor la Fundación Universitaria del Área Andina.  
Como parte del estudio, la institución educativa realizó una encuesta a 462 estudiantes de diferentes universidades de Pereira.  
La encuesta refleja que el 62,1 por ciento de los jóvenes revisa siempre su teléfono móvil antes de ir a dormir, el 42,6 por ciento lo hace mientras estudia o realiza tareas y el 61,3 por ciento ignora a otras personas para concentrarse en el celular.  
De otro lado, la investigación dejó en evidencia que el 23,3 por ciento de los encuestados revisa de manera obsesiva llamadas, correos, redes sociales y mensajes de texto.  
"Pudimos ver que el mal uso del celular en clase y la dependencia de las redes sociales para actividades diferentes a lo académico lleva al fracaso a muchos estudiantes, quienes pierden las asignaturas que requieren de análisis, como matemáticas y lecto-escritura", añade Cardona.  
El profesor dice, además, que si bien los jóvenes están creciendo con la tecnología, al momento de ponerlos frente a un 'software' o un aplicativo que demanda capacidad de análisis, no son capaces de manejarlo. Asegura que los estudiantes universitarios son hábiles en el manejo de redes sociales como Facebook, Instagram y Snapchat.  
"Los estudiantes ya no están leyendo. Si leen, lo hacen a través de sus celulares y de manera equivocada porque no hacen las pausas adecuadas. Esto está llevando a que el alumno se forme mal. Lo peor del caso es que las universidades no le están prestando atención a este problema", añade el académico.  
El estudio también refleja que el 47,6 por ciento de los alumnos encuestados dice que se despierta temprano a usar el celular y 83,7 por ciento asegura que le está dedicando muy poco tiempo a su preparación académica.  
De igual manera, 293 personas de los entrevistados, que corresponden a 60,9 por ciento del total, temen que su vida sin el celular sea aburrida y vacía, y 303 se sienten ansiosos, nerviosos o deprimidos si no lo utilizan.  
Algunas recomendaciones  
El estudio también estableció ciertas recomendaciones para mejorar la dinámica de uso de los equipos. Por ejemplo, los profesores investigadores dicen que es importante establecer un manual en el cual estudiantes, profesores y directivos determinen las reglas sobre el uso del celular durante la clase.  
De igual manera, hacen un llamado para que los docentes universitarios motiven a los estudiantes para que usen el celular con fines académicos y en los momentos indicados. 

TECNÓSFERA 

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domingo, 3 de abril de 2016

Claves para prevenir que los niños caigan en los riesgos de Internet


El pasado 25 de febrero nuestros padres de familia tuvieron la oportunidad de asistir a la conferencia "Cómo deben utilizar nuestros hijos las redes sociales", esta charla fue orientada por funcionarios del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. El resultado fue bastante positivo, pues un gran número de padres y madres de familia asistieron y el balance fue muy positivo para todos. 
Hoy deseamos dedicar esta entrada a un interesante texto afín al tema tratado en la conferencia.




Claves para prevenir que los niños caigan en los riesgos de Internet

Imagen tomada de http://adicciionredsociales.blogspot.com.co/

Internet es la herramienta indispensable para comunicarse y acceder a toda la información de su interés de manera ágil. Además de tener un alcance casi universal, la web se reinventa todos los días y a veces puede exponer a los jóvenes a diversos peligros que cambian constantemente.  
Con esto en mente, Jason Ohler, profesor emérito del programa de tecnología educativa de la Universidad de Alaska, y doctor en Comunicación de la Universidad Simon Fraser, acuñó el término ‘ciudadanía digital’, con el que buscaba establecer los parámetros de comportamiento que deben seguir los niños y los jóvenes, bajo la vigilancia y el cuidado de sus padres, para poder hacer uso adecuado de estos medios.  
“Se trata de enseñar a los estudiantes a vivir estilos de vida que sean emocionantes e inspiradores, pero al mismo tiempo seguros y responsables. El principal cambio al que nos enfrentamos es que estamos entrando en una era en la que los padres no volvieron a saber dónde están sus hijos porque es fácil entrar a Internet y esconderse o tener múltiples identidades, y esto hay que resolverlo, o por lo menos prevenirlo”, explica Ohler.  
En ese sentido, Viviana Quintero, coordinadora de contenidos y proyectos de la Corporación Colombiana de Padres y Madres (Red PaPaz), y Juan Camilo Díaz, profesor del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, dan diez recomendaciones para que toda la familia pueda hacer uso responsable de la tecnología. Ambos hacen énfasis en la importancia del diálogo y en que todas las reglas deben aplicar tanto a los padres como a los más pequeños, pues nadie está exento de caer en los potenciales riesgos de las nuevas tecnologías. 

1. Generar espacios de diálogo  
El término ‘nativos digitales’ hace referencia a quienes nacieron luego del advenimiento de este tipo de tecnologías y, por lo tanto, han adquirido un dominio de las mismas casi desde su nacimiento. Esta situación ha generado que los padres de esos nativos, quienes no pertenecen ni están inmersos en las mismas dinámicas, se sientan separados de sus hijos. Para disminuir la brecha y fortalecer los lazos de comunicación, los especialistas proponen establecer espacios de diálogo y conversación que sirvan para conocer los intereses y comportamientos de todos los miembros de la familia frente al uso de la tecnología. “Así –consideran los expertos– se evita que los nativos digitales se conviertan en huérfanos digitales”. 

2. Comunicar situaciones de vulnerabilidad  
El primer paso que se debe dar si se es víctima de alguna situación negativa generada a través de los medios tecnológicos es comunicarla, bien sea a la familia, a alguien de confianza o a las autoridades, que han establecido canales para denunciar actos como el chantaje a través de Internet o la pornografía infantil. 

3. Pensar antes de publicar  
Una de las recomendaciones más contundentes a las personas que están en contacto permanente a través de dispositivos y redes sociales es que piensen en el mundo virtual como lo que es: una prolongación de su vida real. Por este motivo, los expertos piden mayor prudencia a la hora de publicar contenidos de la vida privada que en el mundo real uno no divulgaría. Esto aplica también a normas básicas de seguridad, como no encontrarse con extraños. 

4. Ser respetuosos  
El respeto con los demás usuarios es vital en una era en la que las interacciones sociales son constantes, y en las que es muy fácil caer en ambientes violentos con simplemente dar un ‘me gusta’ o comentar una publicación. El respeto que los usuarios esperan de las demás personas es el mismo que deben mostrar. “Siempre creemos que estamos en riesgo de ser víctimas, pero no tenemos en cuenta que con pequeñas acciones podemos convertirnos en victimarios, más cuando la información se propaga tan rápidamente”, coinciden los expertos. 

5. La regla 3, 6, 9, 12  
Una investigación llevada a cabo en Francia, y avalada por la Asociación de Pediatría de ese país, considera que el acceso que los niños tienen a la tecnología debe adecuarse a sus edades. Así, los menores de 3 años no deberían tener contacto alguno con las pantallas, por lo poco que pueden aportar a su desarrollo; antes de los seis años, los niños no deben tener acceso a los videojuegos, ya que estos resultan altamente adictivos; entre los 6 y los 9 años, los pequeños pueden utilizar computadores o dispositivos, pero sin la posibilidad de acceder a Internet; a partir de los 12 años los niños ya estarán en capacidad de hacerlo, pero siempre bajo la vigilancia de un adulto responsable. 

6. Considerar las normas básicas de Internet  
Para los expertos, existen tres premisas fundamentales que se deben tener en cuenta cuando del uso de Internet se trata: todo lo que se publica en Internet es de dominio público, los contenidos permanecerán ahí para siempre (o darlos de baja será muy difícil) y la veracidad de lo que hay en línea es discutible. 

7. Educar a partir del ejemplo  
Los expertos consideran que no existe una señal más contradictoria para los jóvenes que una enseñanza que no es aplicada por los padres. Por esto, si existen normas como no usar los dispositivos en espacios sociales y familiares, como el comedor, o incluso si hay horarios, estas normas deben ser acogidas por todos. 

8. Enseñar en vez de prohibir  
“Todo lo que es prohibido es más apetecido, especialmente para los niños”, dicen los especialistas. Por esto, lo mejor es no decirles a ellos que no vean determinados programas o hagan ciertas actividades, sino explicarles las razones por las cuales no debe ser así; de esta manera les demuestran que la autoridad no es el único argumento para tomar las decisiones. 

9. Hay otras formas de entretenimiento  
Para los niños, jóvenes y adultos la tecnología no debe ser la única manera de divertirse, aunque eventualmente es una buena opción para hacerlo. Las familias deben buscar otras alternativas, como las actividades al aire libre, los deportes y las salidas culturales. 

10. Aprovechar los espacios de capacitación  
En la actualidad muchas instituciones académicas, como los colegios y las universidades, y otras organizaciones reconocidas ofrecen espacios para que toda la familia aprenda a utilizar de manera responsable las herramientas tecnológicas. Uno de los objetivos principales de estos espacios es conocer las experiencias positivas y negativas de otras familias y socializar las respuestas a las diferentes circunstancias. 

LOS RIESGOS MÁS COMUNES DE INTERNET  
Además de los evidentes beneficios de Internet, existen riesgos para los que las personas deben estar preparadas. Algunas de estas situaciones son el ciberacoso, a través de acciones como la intimidación; la propagación de contenido sexual producto del sexting (enviar mensajes o videos propios con contenido sexual a través de las redes sociales); la ciberextrosión, que puede resulrar de ese tipo de actividades, y la pornografía infantil, conducta duramente penalizada en Colombia y en la mayoría de los países. 

Rutas de atención en Internet:

www.redpapaz.org/prasi 
www.teprotejo.org 

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domingo, 27 de marzo de 2016

Los huérfanos digitales


Este término se va volviendo más común cada día, es preocupante su crecimiento y por ello hoy le dedicamos este artículo.

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Los huérfanos digitales
Imagen tomada de http://welidadancini.com.br/filhos-no-seculo-xxi/

El concepto de los “huérfanos digitales” ha nacido junto con el de los “milenials”. Si Malcom Gladwell nos habla de la regla de las 10.000 horas para dominar cualquier proceso, parece evidente que los milenials, y las generaciones posteriores, se están entregando en cuerpo y alma a superar esa barrera. El problema es que lo están haciendo sin tener una guía que les oriente sobre cuál es el uso adecuado y cuáles los riesgos de Internet y eso es lo que les está convirtiendo en huérfanos digitales.   
Así, es fácil ver que los milenials dominan los entresijos técnicos de smartphones, tablets y demás dispositivos y gadgets. Asimismo, saben utilizar como pocos todas las posibilidades de difusión de sus redes sociales favoritas, y sin embargo son poco o nada conscientes de los riesgos que comportan. De hecho, separan el mundo virtual del mundo real, como si lo que ocurre en Internet estuviera en otra dimensión y que el hecho de cerrar la conexión hace que todo lo virtual desaparezca y no afecte a su vida “real”.  
No se dan cuenta de que los riesgos de internet son reales. El ciber-acoso sigue siendo acoso por muy virtual que sea su manifestación.  
Este dominio de la parte técnica y la falta de sensación de riesgo es una combinación letal. Es como si enseñas a alguien a dominar un coche en un circuito pero no le enseñas las normas de circulación. Sabrá trazar una curva, controlar un derrape o apurar la frenada al máximo, pero ignorará cuales son las reglas de convivencia para poder circular por carretera abierta con seguridad y si le dejas circular acabará provocando, y sufriendo, serios accidentes.  
Y esto es así porque sus propios padres se ven sobrepasados por los conocimientos técnicos de sus hijos y, por si fuera poco, en muchos casos ignoran cuál es ese uso apropiado y que prácticas pueden volverse peligrosas y, por tanto, no pueden desarrollar su proceso de mentorado en esa faceta de su vida. De ahí la definición de “huérfanos digitales“, porque en ese área es como si no tuvieran padres. De hecho, casi la mitad de los padres que consideran que Internet puede ser peligrosa para sus hijos no hacen nada para evitar los riesgos.  
Nos encontramos, por tanto, ante un problema de calado, ya que por mucho que tengamos derecho al olvido, al honor, a la privacidad y a la imagen propia, ciertas acciones pueden conllevar aparejados graves problemas tanto en el presente como en el futuro de esa persona, y aunque un juez pueda determinar que ciertos contenidos deben ser retirados de Internet, lo cierto es que los mismos ya han podido hacer un daño irreparable.  
Esto me lleva a considerar la responsabilidad que, como profesionales del medio, deberíamos asumir en esta fase del desarrollo de las redes sociales. Por un lado, podríamos considerar imponernos un código ético que rechace cualquier tipo de acción que se aproveche de este desconocimiento inicial de los riesgos de Internet por parte de los usuarios y, especialmente, por parte de los “huérfanos digitales”. Por otro lado, podríamos colaborar con entidades educativas y asociaciones de padres en la formación y difusión de los riegos y posibilidades que Internet está poniendo delante de todos nosotros, algo así como “Communities sin fronteras”.  
Con ello no solo estaríamos ayudando a crear una internet más segura para nosotros mismos y nuestros hijos, también estaríamos ayudando a incrementar la confianza en el propio medio y a crear un entorno mucho más útil y eficaz para usuarios y marcas.

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domingo, 14 de febrero de 2016

Lactancia materna


De vital importancia para el presente y futuro de nuestras generaciones, el siguiente artículo escrito por Daniel Bravo Andrade (comunicador social. Periodista del área de tendencias. Le interesan la ciencia, el lenguaje, la sociedad y el Internet) nos habla de la lactancia materna, el texto aparece hoy en la edición impresa de El Colombiano



¿Por qué es importante amamantar un bebé?
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Está claro que la lactancia materna es buena para el desarrollo adecuado de los bebés. En el 2011 Unicef se refirió a ella como “El mejor regalo que puedes darle a tu bebé”, y desde entonces el término ha sido replicado por especialistas y medios para referirse a la leche materna.  
¿Por qué amamantar es tan importante? Wilson Daza Carreño, gastroenterólogo pediatra y magíster en nutrición clínica, resumió los beneficios en los siguientes:  
1. Una nutrición ajustada  
La leche materna cubre todos los requerimientos nutricionales de los niños menores de seis meses, y complementa la alimentación hasta que tienen dos años o más. Hasta los seis meses un bebé no necesita más alimento que leche materna de 8 a 12 veces (o más) cada 24 horas.  
2. Alcanzar las medidas ideales  
El crecimiento de los niños, en términos de estatura, peso y masa corporal, es más saludable cuando les dan leche materna. Estudios sobre la obesidad infantil en Europa han encontrado que niños que habían sido alimentados con leche materna tenían un peso y una talla más saludable que aquellos niños que no lo habían sido. Inclusive, las curvas de crecimiento que usan los pediatras “se basan en las medidas de niños amamantados, el ideal al que debe apuntarse”.  
3. El éxito está en la variedad  
Cada uno de los ingredientes de la leche materna le apunta a una cosa. Proteínas, grasas minerales, etc. También, estos nutrientes están equilibrados para las necesidades del bebé. “A veces ocurre que las mamás, cuando no los alimentan con leche materna, le prestan demasiada atención a nutrientes como las proteínas. Pero tiene que ser un balance entre los alimentos”.  
4. Prevenir enfermedades a largo plazo  
Las últimas investigaciones muestran que los bebés alimentados con leche materna tienen menores riesgos de sufrir enfermedades como diabetes, hipertensión o sobrepeso.  
5. Vínculo afectivo con la madre  
El informe de 2011 de Unicef asevera que la lactancia materna fortalece los lazos afectivos entre la mamá y su bebé, previene el maltrato infantil y refuerza el amor de la familia  
CONTEXTO DE LA NOTICIA  
Imagen tomada de www.neohegguito.blogspot.com

La última Encuesta nacional de la situación nutricional del país, publicada en 2010, reveló que:  
·Los niveles de lactancia del país -en meses- son menores frente a los recomendados internacionalmente. Desde 1995 el tema no mejora. Este año se publicará una nueva encuesta.  
· La introducción de los alimentos complementarios a la lecha materna (luego de los seis meses) es precoz y deficitaria.  
· Las dietas de los niños menores de tres años normalmente no incluyen frutas o verduras.


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lunes, 8 de febrero de 2016

Elogio a la diferencia


Hemos encontrado en la edición dominical de El Colombiano un interesante texto de Manuela Zárate, aquí está, para la reflexión...


El único reno verde
 Por: Manuela Zárate
 
Imagen tomada de www.abriendohorizontes.org.ve
A mi hijo le tocó disfrazarse de reno las navidades pasadas en el acto escolar. Todos los niños fueron de marrón y él fue con sus antenas y un traje verde. Fue el único reno verde. Él estaba feliz. Hizo su acto desenvuelto, con emoción, tranquilo, sonriente. 
No tarda uno en recibir clases, cuando la gente se siente con autoridad para decirte cómo criar a tus hijos. Comentarios como lo vas a marcar de por vida, eso no se hace, pobrecito. Hace poco me lo volvieron a comentar, para que no se me olvide lo mala madre que fui, para que entienda que le arruiné la vida en un acto en que le acaeció la tragedia de no lucir igual a todos los demás. 
Allá su madre y la locura, la extrañeza, el desafío de haber pensado que la magia de disfrazarse está en desarrollar la imaginación. En realidad estoy convencida que ese es el punto de la actividad teatral en la escuela, que los niños aprendan a soñar, que se inventen, que crean en lo que quieran, cochinos que vuelan, caballos que hablan, alfombras voladoras, renos verdes, y pierdan el miedo a hacerlo ante la gente. 
Una de las preocupaciones más grandes de muchos padres es que los hijos no sean iguales a los demás. No es solo lo que cuesta respetar su individualidad, es que a diario, y a veces sin darnos cuenta, hacemos y decimos cosas para acallarla, para aplastarla, para que aprendan la lección: lo más importante es el ruido de las opiniones de la mayoría. Huye de la desaprobación. No resaltes. Así tengas que sacrificar ser tú mismo. 
Éxito, felicidad, pero sobre todo valores y lo que uno visualiza para sus hijos en el futuro son parte del gran trabajo de la crianza, de los pequeños gestos y los grandes momentos de firmeza. De mis hijos quiero que sean el que cede su silla a quien la necesita más que ellos, que traten a los demás como quisiera que los traten a ellos mismos, que trabajen duro y sin patrañas, que sean libres espiritualmente. Los quiero dueños de sus decisiones, capaces de mirarse y entender que para lograr lo que se proponen tendrán que luchar, desvelarse, aguantar críticas y desilusión. 
Entre tanta ignorancia a veces toca ser la única voz, porque hay injusticias que nadie canta y paradigmas que un montón de gente se niega a romper. A pesar del iPhone 5, del Voyager, del Airbus 380 ahora es que nos falta evolucionar y necesitamos personas con coraje, fortaleza y foco en lo que realmente importa. 
Les voy a dejar en herencia un país empobrecido, luchando por superar las últimas décadas de destrucción moral, un mundo con problemas climáticos, con ismos escalofriantes: terrorismo, racismo, clasismo, machismo. El trabajo no es fácil, la competencia es dura, y no compito con la madre que logró el disfraz perfecto, sino con internet, con las Kardashian, con las drogas, con la frivolidad y el materialismo, con el mito de que la gente vale por lo que tiene y no por la calidad de su lucha, la autenticidad de su espíritu, sus valores y principios. 
Ser padres es duro, pero lo realmente aterrador es lo desenfocados que podemos estar. Nos aferramos a lo efímero y lo intrascendente, y perdemos la oportunidad de hacer una diferencia. Donde nuestros hijos demuestran una fortaleza creamos una fragilidad. 
El reno verde no fue desidia, ni flojera, y aunque no pueda explicarle a mi hijo ahora mismo el por qué de la decisión lo que me importa es el gesto, que su mamá se rehusó a pagar casi un sueldo mínimo por un traje para diez minutos de acto viviendo en el país con mayor índice de pobreza en el mundo, que él mismo escogió un traje que le gustó y decidí dejarlo ser, convencida de que lo importante era que se sintiera bien, que ser el único distinto no tiene nada de malo, sino todo lo contrario. 
Algún día será de nuevo el único en algo, y no será tan fácil. No será un traje que se quita, sino la lucha por su esencia. Seguramente será difícil y doloroso, pero no me queda la menor duda, que la historia de su personalidad comenzará por la tarde en que fue el único reno verde.

Y, ahora un poco de humor...


Imagen tomada de www.gaturro.com