lunes, 8 de febrero de 2016

Elogio a la diferencia


Hemos encontrado en la edición dominical de El Colombiano un interesante texto de Manuela Zárate, aquí está, para la reflexión...


El único reno verde
 Por: Manuela Zárate
 
Imagen tomada de www.abriendohorizontes.org.ve
A mi hijo le tocó disfrazarse de reno las navidades pasadas en el acto escolar. Todos los niños fueron de marrón y él fue con sus antenas y un traje verde. Fue el único reno verde. Él estaba feliz. Hizo su acto desenvuelto, con emoción, tranquilo, sonriente. 
No tarda uno en recibir clases, cuando la gente se siente con autoridad para decirte cómo criar a tus hijos. Comentarios como lo vas a marcar de por vida, eso no se hace, pobrecito. Hace poco me lo volvieron a comentar, para que no se me olvide lo mala madre que fui, para que entienda que le arruiné la vida en un acto en que le acaeció la tragedia de no lucir igual a todos los demás. 
Allá su madre y la locura, la extrañeza, el desafío de haber pensado que la magia de disfrazarse está en desarrollar la imaginación. En realidad estoy convencida que ese es el punto de la actividad teatral en la escuela, que los niños aprendan a soñar, que se inventen, que crean en lo que quieran, cochinos que vuelan, caballos que hablan, alfombras voladoras, renos verdes, y pierdan el miedo a hacerlo ante la gente. 
Una de las preocupaciones más grandes de muchos padres es que los hijos no sean iguales a los demás. No es solo lo que cuesta respetar su individualidad, es que a diario, y a veces sin darnos cuenta, hacemos y decimos cosas para acallarla, para aplastarla, para que aprendan la lección: lo más importante es el ruido de las opiniones de la mayoría. Huye de la desaprobación. No resaltes. Así tengas que sacrificar ser tú mismo. 
Éxito, felicidad, pero sobre todo valores y lo que uno visualiza para sus hijos en el futuro son parte del gran trabajo de la crianza, de los pequeños gestos y los grandes momentos de firmeza. De mis hijos quiero que sean el que cede su silla a quien la necesita más que ellos, que traten a los demás como quisiera que los traten a ellos mismos, que trabajen duro y sin patrañas, que sean libres espiritualmente. Los quiero dueños de sus decisiones, capaces de mirarse y entender que para lograr lo que se proponen tendrán que luchar, desvelarse, aguantar críticas y desilusión. 
Entre tanta ignorancia a veces toca ser la única voz, porque hay injusticias que nadie canta y paradigmas que un montón de gente se niega a romper. A pesar del iPhone 5, del Voyager, del Airbus 380 ahora es que nos falta evolucionar y necesitamos personas con coraje, fortaleza y foco en lo que realmente importa. 
Les voy a dejar en herencia un país empobrecido, luchando por superar las últimas décadas de destrucción moral, un mundo con problemas climáticos, con ismos escalofriantes: terrorismo, racismo, clasismo, machismo. El trabajo no es fácil, la competencia es dura, y no compito con la madre que logró el disfraz perfecto, sino con internet, con las Kardashian, con las drogas, con la frivolidad y el materialismo, con el mito de que la gente vale por lo que tiene y no por la calidad de su lucha, la autenticidad de su espíritu, sus valores y principios. 
Ser padres es duro, pero lo realmente aterrador es lo desenfocados que podemos estar. Nos aferramos a lo efímero y lo intrascendente, y perdemos la oportunidad de hacer una diferencia. Donde nuestros hijos demuestran una fortaleza creamos una fragilidad. 
El reno verde no fue desidia, ni flojera, y aunque no pueda explicarle a mi hijo ahora mismo el por qué de la decisión lo que me importa es el gesto, que su mamá se rehusó a pagar casi un sueldo mínimo por un traje para diez minutos de acto viviendo en el país con mayor índice de pobreza en el mundo, que él mismo escogió un traje que le gustó y decidí dejarlo ser, convencida de que lo importante era que se sintiera bien, que ser el único distinto no tiene nada de malo, sino todo lo contrario. 
Algún día será de nuevo el único en algo, y no será tan fácil. No será un traje que se quita, sino la lucha por su esencia. Seguramente será difícil y doloroso, pero no me queda la menor duda, que la historia de su personalidad comenzará por la tarde en que fue el único reno verde.

Y, ahora un poco de humor...


Imagen tomada de www.gaturro.com

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