Un mal del siglo XXI, un problema que de manera veloz afecta la comunicación familiar; en el diario El País de Cali de hoy, 30 de junio de 2013, hemos encontrado este interesante artículo escrito por Laura Ramírez León, "Desenchúfese de la adicción a la tecnología":
"Actualmente el progresivo auge de las nuevas tecnologías como los celulares, videojuegos, computadores e internet, ha ido paralelo al surgimiento de nuevas expresiones de un viejo fenómeno, la adicción.
Según la sicóloga Martha Suescún, directora de la Fundación Libérate, este tipo de adicciones se definen como adicciones no tóxicas. “Son las que generan dependencia, pero en la que no hay involucradas sustancias tóxicas que afecten el organismo”.
Por su parte el sicólogo social Jairo Ramírez plantea que “para diagnosticar que existe una adicción a la tecnología, las personas deben cumplir con varios criterios como: pérdida de control, obsesión, dependencia y ansiedad por tener contacto con los aparatos tecnológicos o el internet, pero sobre todo, casos en que el individuo tiende a abandonar sus actividades diarias y se desconecta fácilmente de estas por la necesidad y el desespero de tener contacto con sus herramientas tecnológicas”.
Según Suescún las personas que tienen este tipo de adicción manifiestan el mismo síndrome de abstinencia de cualquier otro tipo de adicto. Es decir, el conjunto de reacciones físicas o corporales que se manifiestan en el organismo del adicto, las cuales son producidas por la ansiedad que ocasiona perder el contacto con la tecnología.
Por lo general el afectado no asume su situación, los familiares o las personas más cercanas a él son quienes reconocen más fácilmente sus síntomas, debido a que al ser adicto, este tarda en aceptar que verdaderamente tiene un problema y especialmente, que tiene una dependencia que le ha generado una adicción".
Y ahora, un poco de humor...
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