sábado, 25 de enero de 2014

Mantener los sueños


En el diario La Patria, de la ciudad de Manizales, los días domingos aparece una muy agradable y reflexiva columna "Había una vez", escrita por la psicóloga Fanny Bernal OrozcoProfesora Titular Universidad de Manizales. Hoy publicamos nosotros la aparecida el domingo 19 de enero de este año...


Imagen tomada de www.todoavatar.com

Mantener los sueños

"Había una vez un niño cuyo padre era un pobre entrenador de caballos que si bien disfrutaba de su trabajo apenas hacía suficiente dinero para mantener a su familia. Un día al niño le asignaron en la escuela la tarea de escribir sobre lo que le gustaría ser cuando creciera. Esa noche, muy emocionado, escribió un ensayo de siete páginas describiendo su sueño de ser, algún día, dueño de su propia caballeriza para así criar a sus caballos. 
Él escribió su ensayo con sumo cuidado y atención a los detalles. Incluso dibujó un plano de la tierra y la casa que pensaba poseer. Puso su corazón en ese proyecto. Al día siguiente le entregó su proyecto al profesor. Cuando lo recibió de vuelta, había sido calificado con una F, y su profesor había escrito en la parte superior del ensayo, en letras rojas: -Véame después de clase-. El niño se quedó luego de que el timbre de salida había sonado y le preguntó a su profesor: -¿Por qué me calificó con una F- 
El profesor replicó: -Tu ensayo describe un fututo irrealista para un niño como tú. Tú no tienes dinero y tu familia es pobre. No tienes recursos para comprar tu propia caballeriza. Tendrías que comprar la tierra y todos los implementos necesarios y, encima de eso, tendrías que mantener los costos. No hay forma de que puedas lograr eso. Sin embargo si tu reescribes el ensayo con un objetivo más realista, reconsideraré tu nota. 
El joven fue a casa y lo pensó por largo tiempo. Incluso le preguntó a su padre qué debía hacer. Su padre le respondió: -Mira hijo, tienes que decidir por ti mismo. Ésta es una decisión importante y yo no puedo tomarla por ti-. Después de pensarlo el chico entregó el mismo ensayo sin ningún cambio, diciéndole al profesor: -Usted puede mantener la calificación. Yo voy a mantener mi sueño-. 
Un día, el profesor próximo a la jubilación, llevó a un grupo de treinta niños a visitar una famosa caballeriza que criaba algunos de los caballos más espectaculares del país. ¡Él se asombró cuando conoció al dueño, se dio cuenta que era el mismo joven a quién le había colocado una F!"
Escrito por Isha, en el libro: ¿Por qué caminar si puedes volar? 
Tan importante es tener sueños, como poner el empeño para que éstos se hagan realidad. No son cuestiones de azar, ni de buena suerte, son precisamente objetivos que tienen unos pasos que hay que andar, para llegar al momento propuesto. Hay personas que poseen una tenacidad muy grande, son perseverantes y además no se dejan afectar de manera negativa por los contratiempos que surgen en las acciones del día a día. 
Por ejemplo, como en el caso de la historia de hoy, estudiar con un profesor que en vez de incentivar la creatividad y los sueños, se acerca a desestimular lo que el niño ha escrito, invitándole a que mire a su alrededor y que se conforme con lo que tiene; docentes así, poco hacen para fortalecer la autoestima y la confianza de sus pupilos en un aula de clase. 
Y en cuanto al chico, cabe decir que llegar a hacer realidad un sueño, no es un acto de magia, requiere de altas dosis de voluntad, disciplina, responsabilidad, y un adecuado nivel de tolerancia a la frustración. La disciplina que está unida a la constancia, es fundamental en cualquier proyecto, ya que no basta con escribirlo o mantenerlo en mente, se requiere de inversiones diarias en tiempo y hábitos responsables para lograr lo que se anhela, y mantener un nivel adecuado de tolerancia a la frustración es el componente fundamental, que lleva a que no se dejen los proyectos tirados, sino que se puedan observar, evaluar, o transformar cuando sea necesario. 
Frente a esto es necesario decir que algunas personas tienen un bajo nivel de tolerancia a la frustración, lo que impide que ideas importantes puedan volverse realidad, dejan las tareas comenzadas, se tornan groseras, imprudentes e insensatas o culpan a los demás de los desaciertos o equivocaciones propias de cualquier proyecto. 
Otras personas como el chico de la historia del día de hoy, han tenido la voluntad y el coraje para mantener sus sueños. 
-¿Y a propósito, usted cómo ha vivido sus sueños?

Y ahora, un poco de humor... 
 
Imagen tomada de www.e-faro.info

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