Ser agradecidos es ser felices

A punto de finalizar este 2014 y haciendo un balance de lo recibido en él solo una palabra puede llegar a nuestra mente: GRACIAS. En El Colombiano en su edición impresa del 16 de noviembre de 2014 encontramos de Ángela Marulanda este artículo...


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Ser agradecidos es ser felices

Por: Ángela Marulanda

Imagen tomada de https://conpazsionalcambio.wordpress.com/2014/11/06/agradecer-el-puente-hacia-el-amor/

Cuenta una historia que un día un niño ciego estaba sentado frente a la entrada a una iglesia con un sombrero que contenía unas pocas monedas y un letrero que decía “Soy ciego, por favor ayúdeme”. 

Un hombre que pasó por allí se detuvo, tomó el letrero, le dio la vuelta y escribió algo y luego lo dejó en el lugar y se despidió. En seguida el niño empezó a escuchar cómo mucha gente le tiraba más monedas que nunca. 

Al final del día, el hombre que había cambiado la leyenda, apareció nuevamente y el niño reconoció su voz cuando le dijo “Qué bien te ha ido hoy!”. El pequeño le contestó “Usted es el que cambió mi letrero, verdad? Qué escribió para que me hayan dado tantas monedas?”. El hombre le respondió “Yo solo escribí lo mismo pero de una manera distinta”. Anoté “hoy es un día muy bonito y con mucho sol, pero yo no puedo verlo, solo sentirlo”. 

Ambos letreros decían que el niño era ciego pero el primero solo hablaba de su ceguera mientras que el segundo le hacía ver a quienes pasaban por allí lo afortunadas que eran de gozar del don de la vista, a diferencia de quienes, como él, no pueden ver. 

La gratitud no solo es una virtud sino también una cualidad que nos concientiza de todas las bendiciones que hemos recibido. Es la que nos anima a valorar nuestra buena suerte más que nuestras desdichas y a reconocer todos los privilegios con que contamos. Cuando la vida nos da cien motivos para llorar, recordemos los mil motivos que tenemos para gozar y agradecer. Enfrentemos el pasado sin lamentarnos. Manejemos el presente con confianza y preparémonos para el futuro con optimismo. Y concentrémonos en lo que podemos aportar a los demás. Es esto lo que nos permite renovar constantemente la fe y desalojar el miedo y el pesimismo. 

Pocas cosas son más satisfactorias que ver a una persona feliz y saber que nosotros fuimos el motivo de su alegría. Esto significa que una forma fácil de vivir felices es servir a los demás y agradecer las bendiciones que tenemos a diario. Recordemos que hay miles de personas en el mundo que son menos afortunadas que nosotros y que, a pesar de ello, muchas viven plenas porque, aunque tienen poco, aprecian y agradecen mucho lo que reciben.

Y, ahora un poco de humor...

Imagen tomada dehttp://qkantton.files.wordpress.com/2012/09/facebook.jpg