jueves, 3 de enero de 2013

¿Le estaremos pidiendo peras al olmo?

Al inicio de este nuevo año cae muy bien la lectura y reflexión en torno a un artículo de la autora y educadora familiar Ángela Marulanda publicado en el diario El Colombiano de la ciudad de Medellín el domingo 30 de diciembre de 2012...

Imagen tomada de www.forum.rojadirecta.es

¿Le estaremos pidiendo peras al olmo?
Me gusta el hecho de que la vida venga empaquetada en ciclos que incluyen comienzos y finales porque el inicio de cada año es un momento ideal para renovar los propósitos que nos permitan alcanzar los objetivos que soñamos lograr. Por eso, puede ser la oportunidad para evaluar nuestra familia y ver si lo que estamos cultivando en nuestro hogar sí dará los frutos que soñamos cosechar. 
A pesar de que la formación de una familia es la empresa más trascendental en que nos embarcamos en la vida, pocas veces evaluamos si lo que hacemos sí es lo que precisamos para lograr lo que soñamos. Por ejemplo, como padres aspiramos tener una familia en la que reine la unión y la camaradería entre nosotros pero seguimos llenando la casa de aparatos para que cada cual se aísle y entretenga por su cuenta; queremos que los hijos nos obedezcan pero evitamos ejercer nuestra autoridad para no dañar nuestra amistad; procuramos tener buena comunicación con los niños pero pasamos más tiempo en el celular conversando con otros que con ellos; nos interesa que sean seguros y estables pero no hacemos nada por remediar la incertidumbre en que viven por el descuido de nuestra deteriorada relación conyugal; deseamos que nos admiren pero nos doblegamos a su voluntad y actuamos intimidados por el miedo a contrariarlos; queremos que no sean agresivos pero permitimos que se diviertan con videojuegos que los premian por matar y destruir; aspiramos a que sean responsables pero asumimos sus deberes como propios y solucionamos todos sus problemas; esperamos que sean entusiastas y agradezcan lo que tienen pero nos ocupamos de darles todo aunque no se lo merezcan. Y así sucesivamente.
A menudo nos quejamos de la inmoralidad y los vicios entre los jóvenes, del abuso e insensibilidad de los que tienen más, de la deshonestidad de muchos gobernantes, políticos y dirigentes... pero será que ¿sí estaremos formando otra clase de personas? 
Aprovechemos este espacio de reflexión que nos ofrece el comienzo del nuevo año para proponernos a hacer los cambios que necesitamos de manera que con nuestras actitudes, estilo de vida y ejemplo sí plantemos los frutos que esperamos recoger.


Ver página de donde fue tomado el texto



Y ahora, un poco de humor...


Imagen tomada de www.miniyo.tumblr.com

1 comentario:

  1. He encontrado este blog por casualidad, felicitaciones.

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