martes, 18 de septiembre de 2012

Ser padres sin prisa para criar niños más felices 2


En esta ocasión entregamos la segunda parte de este artículo que nos orienta en esta corriente mundial del SLOW, vale la pena pensarlo para empezar a vivir la vida sin atropellarla...




Imagen tomada de www.roblefresnoespino.blogspot.com



Menos tiempo libre

A los hijos hay que permitirles descubrir quiénes son y qué les gusta hacer, advierte la escritora. Que aprendan a su ritmo. Nuestras buenas intenciones de convertirlos en exitosos, agrega, no siempre son benéficas. Los padres, insiste, deben focalizarse en el proceso y no en qué tan rápido se produce.

Los niños de hoy, afirma Sachs, tienen la mitad del tiempo libre que tenían los niños de hace 30 años, pues ahora viven más ocupados. En este sentido, la psicóloga educativa Ana María Fonnegra asegura que "con frecuencia se malinterpreta la necesidad de estimular a los hijos y se llega al extremo de no dejarlos vivir su tiempo libre. Ellos necesitan espacios para jugar y reflexionar".

La propuesta slow es como oprimir el botón de pausa en la vida diaria. Y esto implica reconectarse a través de actividades sencillas como cocinar juntos (Sachs volvió a preparar mermelada casera con su hija), ver una película al aire libre con los vecinos, pintar, planear la Navidad o hacer caminatas ecológicas. Es volver a disfrutar de un atardecer, visitar a un enfermo o llevar a cabo actividades solidarias, algo que se ha perdido pues casi nunca hay tiempo, afirma la psicóloga infantil Wilma Pineda.

Y en medio de esa angustia por no tener tiempo para los hijos, explica la psicóloga Fonnegra, los padres llenan las jornadas de los pequeños con actividades que les permitan aprender con rapidez a ser personas independientes y autónomas, y buscan que intelectualmente sean superiores a otros niños de su edad.

"El asunto es hacer pequeños ajustes -dice Sachs-. Uno de los mensajes de mi libro es aplicable a todo el mundo: cuando estés con tus hijos, trata de estar presente. Desconéctate del correo electrónico, de las redes sociales; busca un espacio donde no esté presente la tecnología. Disfruta con ellos el momento de acostarlos, de leer un libro, de decir buenos días, incluso del placer de algo tan sencillo como preparar la cena juntos".

Cuando se trata de compartir con los hijos, sostiene Pineda, es importante hacerlo cuando ellos lo piden y lo necesitan, y no solo por cumplir un requisito que haga sentir a los padres menos culpables.

La crianza acelerada, según varios estudios, hace que los niños crezcan estresados y con problemas psicológicos. "Los padres, erróneamente, creen que una forma de conducirlos al éxito es que sepan de muchas cosas. Lo que debemos hacer es alimentar el ser. Necesitamos niños sanos y felices, con inteligencia emocional", acota la psicóloga clínica María Antonieta Suárez.

Por eso, aconseja, hay que hacer un alto para volver a disfrutar de placeres simples.



Ver página de donde fue tomado el texto



Y, un poco de humor...


Imagen tomada de www.crismaindigitart.blogspot.com

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