martes, 31 de diciembre de 2013

El derecho a la utopía


La periodista Elbacé Restrepo escribe para el diario El Colombiano en su última columna de este año sus deseos para el año nuevo, nos unimos a ella:


Imagen tomada de http://www.bancodeimagenesgratis.com/2012/10/feliz-ano-nuevo-2013-happy-new-year.html


El derecho a la utopía

¡Adiós, 2013! Se acaba este año y llega uno nuevo. Para muchos no significa nada más que el cambio de un dígito y, de paso, la certeza de equivocarse muchas veces en la correspondencia, los cheques y cualquier documento que requiera un registro cronológico de día, mes y año.
 
Para otros es una fecha de corte radical, propicia para emprender nuevos ideales, acariciar sueños y ponerse retos, sin importar cuántas veces hayan visto caer sus propósitos por el abismo de la indisciplina. Los míos también han rodado por ahí más de una vez, lo acepto con humildad profunda.
 
Pero nada, ni siquiera el fracaso reiterado, nos quita el derecho a la utopía. Por eso comparto con ustedes, lectores y amigos, mis deseos para una sociedad mejor, y no me importa que la dura realidad me saque la lengua, me haga morisquetas y se burle de mí como casi siempre lo hace. Y eso que me cuido de pedir imposibles, como que se acaben la Guerra Santa, las injusticias y el hambre en el mundo, que haya igualdad o que desaparezca la pobreza. Con entender por qué suceden me declararía satisfecha.
 
Por eso deseo para el nuevo año:
 
Que disfrutemos lo bueno y no busquemos lo malo. Hay personas que necesitan estar mal para vivir y destilan partículas de energía negativa altamente contagiosas a su paso.
 
Que superemos la angustia ojalatera. Esa ansiedad que nos causa grandes insatisfacciones por cosas intrascendentes y que además no podemos controlar: "Ojalá no llueva", "ojalá no fuera tan fea", "ojalá…".
 
Que la justicia en nuestro país tenga coherencia y no se maneje de acuerdo con intereses particulares, improvisaciones ni casuísticas.
 
Que los niños dejen de ser el blanco para descargar iras y venganzas y que la única amenaza que los ronde sea un exceso de ternura.
 
Que entendamos la diferencia entre tropezarse con alguien y ponerle zancadilla. En ambos casos disculparse y aceptar las disculpas habla muy bien de un corazón bondadoso.
 
Que podamos sonreír, ser sencillos y disfrutar las cosas simples de la vida.
 
Que en nuestra escalada persiguiendo el éxito nos cuidemos de lastimar a quienes van adelante, detrás y a los lados. Todos cabemos en el mundo.
 
Que los niños más grandes reconozcan el no como una opción valiosa y valiente que puede librarlos de las adicciones, de los embarazos no deseados y de una vida enredada para siempre.
 
Que si marcar diferencia es una prioridad para alimentar el ego, jamás se logre a punta de petulancia, ofensas ni humillaciones para los demás.
 
Que aceptemos que el dolor también hace parte de la vida y que las lágrimas esporádicas son como hipoclorito para el alma.
 
Que las ratas de dos patas recuerden que de queso también se vive y les den un respiro a los cajones de sus empresas, privadas o públicas, donde se guardan desde el presupuesto hasta los marcadores.
 
Que nuestro nivel de tolerancia sea inexistente frente a la corrupción, cada uno en su entorno, empezando por la casa.
 
Que por una vez, aunque sea por una vez, no nos equivoquemos con el voto.
 
Deseo que en el año que comienza las nubes sean blancas y llueva amor, salud, alegría y tranquilidad para todos. Lo demás lo venden en la esquina, por lo que tampoco sobra desear billetes en los bolsillos. ¡Feliz 2014…!

Y ahora, un poco de humor... 

Imagen tomada de http://ilustracionesmartinespinoza.blogspot.com/2010/03/humor-grafico.html



1 comentario:

  1. Felicitaciones al equipo de Escuela de Familia Kennedy por su blog y los aportes a la crianza de nuestros hijos e hijas.

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