lunes, 2 de abril de 2018

Las mentiras en los niños Parte 1


Hemos encontrado en el diario El Tiempo un interesante artículo que nos habla de las mentiras en los niños, sus posibles causas y algunos importantes consejos para nosotros, como adultos, que ayudarán a manejar el asunto bien sea en casa o en la institución educativa.




Niños que mienten: ¿la culpa es de los padres? 

Miedo, vergüenza, estrés o búsqueda de atención son algunas de las razones que los llevan a mentir. 

Por: ABC del bebé 
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Imagen tomada de https://meencantamurcia.es/por-que-mienten-los-ninos-la-verdad-de-las-mentiras/

Si usted es de los padres que ya ‘pilló’ a su pequeño hijo diciendo alguna mentira lo más probable es que esté preocupado por la aparición de esa conducta.  
Pero, ¿qué lleva a un niño a faltar a la verdad? Según los psicólogos infantiles, las primeras mentiras suelen aparecer entre los 3 y los 5 años de edad y están asociadas al desarrollo lingüístico, cognitivo y social del niño ya que, para esa etapa de crecimiento, posee herramientas comunicativas y estrategias lingüísticas que le permite jugar con el lenguaje y decir algo que no se corresponde con la realidad.  
A su vez, en estas edades, los niños empiezan a comprender normas y valores sociales y tratan de ajustarse a estos. De ahí que, el deseo de cumplir las expectativas que los demás tienen de ellos puede inducirles a mentir como ocurre cuando dicen, por ejemplo, que son los mejores de su clase o que anotaron muchos goles en el partido de fútbol.  
Por eso, si bien los niños empiezan por pequeñas mentiras sin importancia o producto de su imaginación, pueden convertirlas en una forma constante de resolver situaciones cotidianas si descubren que logran sacar provecho de estas o evadir problemas al decirlas. De acuerdo con Estefanía García, psiquiatra de niños y adolescentes, el origen de este comportamiento en muchos casos está relacionado con el miedo, la vergüenza, la búsqueda de atención y afecto (mienten para impresionar a otros), la evasión de castigos, la presión excesiva, el estrés y la necesidad de defenderse, entre otros factores en los que muchas veces los adulto aportan su grano de arena. Lo que sí es un hecho es que un niño no miente por gusto y generalmente, la mentira es generada por un estado emocional. 
 “Las mentiras son la manifestación de algo que está sucediendo en el mundo interno del niño, en interacción con factores externos, y que tiene una razón y un objetivo. Por esta razón, se debe tener en cuenta no solamente el contenido de la mentira, sino el propósito que esta lleva implícita, la frecuencia con la que es dicha y el contexto en el que se presenta”, explica García.



Y, ahora un poco de humor...

Imagen tomada de http://relymen.blogspot.com.co/2014/06/humor-x-4.html

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